lunes, 26 de diciembre de 2011

Sostenme,

el peso de mis errores es demasiado grande como para soportarlo yo sola, dame tu mano el frió esta invadiendo mi alma, de mis poros salen puntiagudos pinchos que duelen como punzadas en defensa del dolor recivido, mantenme, mis pies están cansados de andar, perdóname, me gusta así, dolor, presente aquí, y allí, en todas partes, besame, no queda aliento es mis pulmones, dame energía, quiero sentirte, recomponme, hazme fuerte y vete, no soy lo que pensaste, las mariposas, también muerden.





...

Dicen que es mejor ver las cosas desde otra perspectiva, pero esta vez no hay mas formas de mirarlo, ambos sabemos que los dos gozamos de un orgullo insuperable, pero eso no cambia nada, te sigo queriendo de la misma manera, el tiempo me ha hecho mas insegura conozco mis metas, hasta donde puedo llegar, y eso, se queda muy lejos de tus brazos, y aun asi, aun sabiendo que no es lo que quiero, te quiero, a ti, pero ahora si, dime que no, que te deje, que me marche, pideme que no te hable, que no te mire, que desvanezca, hazlo, y no dudes que te daré el gusto, me iré, desapareceré para ti, no seré ni el mas mínimo recuerdo, créeme, nunca miento, no a ti, ambos somos orgullosos, pero yo lo soy mas, me lo dice mi ego, y aun así, lo que me pidas, lo que me digas, lo haré, no te voy a pedir explicaciones, no rpeguntaré, te comprendo, dimeló y pasaré a ser un punto y aparte en tu vida, asi de simple.



Pablo Neruda.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente, 
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. 
Parece que los ojos se te hubieran volado 
y parece que un beso te cerrara la boca. 

Como todas las cosas están llenas de mi alma 
emerges de las cosas, llena del alma mía. 
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, 
y te pareces a la palabra melancolía. 

Me gustas cuando callas y estás como distante. 
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. 
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: 
déjame que me calle con el silencio tuyo. 

Déjame que te hable también con tu silencio 
claro como una lámpara, simple como un anillo. 
Eres como la noche, callada y constelada. 
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente. 
Distante y dolorosa como si hubieras muerto. 
Una palabra entonces, una sonrisa bastan. 
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto